Un año más el Chatelet nos ha brindado con una fiesta al estilo de Cap D’age, una fiesta que empezó sobre las 11 y media de la noche con un grupo de Blues impresionante, un cantante de color al autentico estilo americano, el cual nos puso en marcha para una noche de desenfreno. La concurrencia fue máxima ya que no cojía ni un alfiler. Las parejas que acudían se les regalaba a las mujeres un conjunto de ropa interior de lo más sexy y eso dio un juego muy erótico. Tanto que en la pista de baile ellas con sus cuerpos acariciados por las prendas y sus movimientos desprendían un morbo impresionante y   es que yo creo que en la mayoría de club liberales cuando se hacen fiestas de esta índole, principalmente las mujeres no llevan ropa adecuada de este ambiente y eso produce un clima un poco más frio. Lo contrario a lo que nos ha ofrecido nuestro amigo Marçel.
Sobre las dos de la madrugada y con un ambiente autentico de Cap d’Agde, nos ofreció un show con una striper la cual nos deleito con sus números, desde unos movimientos en barra fija hasta la extracción desde dentro de su coñito de un collar de perlas de aproximadamente dos metros de largo. Fueron muy elegantes y a la vez muy eróticos. A continuación nuestro anfitrión sorteó entre todas las parejas cinco cadenas musicales.
Y a las tres de la madrugada después de habernos obsequiado durante toda la noche con canapés y dulces a gogo, nos ofreció el pastel del 8º aniversario y cava para todo el mundo. A partir de aquí como podréis apreciar en las fotos empezamos el desmadre. En la pista las parejas subieron de tono, ellas tocándose, acariciándose, comiéndose los pezones, dando disfrute a ellos y al personal allí presente. Otros encima de la barra  comiéndose los pechos y los labios inferiores, introduciendo la lengua dentro del coñito y tocando el clítoris de tal manera que hacia vibrar de satisfacción todo el cuerpo de la dama, produciéndose a su vez un subidón del libido a toda la peña que se recreaba mirando todo el desmadre allí presente. Eso hizo que algunas parejas pasaran  al sector de las camas para desarrollar sus fantasías eróticas y seguir disfrutando del sexo durante toda la noche.
Sobre las seis de la madrugada las parejas se iban retirando y al salir les daban un obsequio, como final de fiesta. Ha sido una velada fantástica en la cual el disfrute ha sido tanto para los que practican el ambiente liberal como para los que empiezan a iniciarse en el. Yo podría definir que el Chatelet es un club diferente, ideal para las parejas que se quieren introducir en este ambiente sin que tengan ningún tipo de  perjuicios.
Tengo que felicitar tanto a Marçel como a su mujer Lenka, por la gran fiesta que ha brindado a todos sus clientes dándoles lo que ellos quieren, diversión, satisfacción y sobre todo pasárselo bien. La organización fue un éxito y ante todo un saber estar y un comportamiento ideal de todos los asistentes.

Texto y fotos   PEPE CERA