CUATRO NO SON MULTITUD

Es la primera vez que vienen aquí, pero hace años que están en el mundo swinger, y se nota.

Private

Llegamos tarde, se lo he dicho tres veces, y ella buscando las medias de rejilla, pero ahora, viendo el resultado, vale la pena la espera, está preciosa, con el vestido negro ajustado de tirantes, las medias y las sandalias.

Cogemos un taxi. Entro primero. Carla después. Me gusta ver cómo se sienta y entra las piernas juntas a la vez, sujetándose el vestido, para no enseñar más de lo que quiere. Una vez dentro, me mira dulce, con esos ojos color miel que me enamoraron, me pone la mano en la rodilla y me hace la pregunta de siempre. –¿Todo bien? –Asiento con la cabeza, y sonrío.

Cuando llegamos, nos recibe el portero y entramos. Ya está todo el mundo. Nos saludamos y observamos. Carla, como es habitual, tiene varios hombres tanteándola, pero sólo hay uno con el que no ha estado, y parece que le gusta. Me acerco.

–Hola, Mario, el marido de Carla –Me presento dándole la mano, como él a mí.

–Hola, Joel, la pareja de Noemí –La señala, nos está mirando y saluda desde el final de la barra. Tiene buen cuerpo, culo perfecto, lleva botas y minifalda. La cara no es de las que más me ponen, facciones duras, pero la sonrisa es bonita.

Carla y él se gustan. Es la primera vez que vienen aquí, pero hace años que están en el mundo swinger, y se nota. Cuando se acerca Noemí, nos saluda con dos besos, y se abraza a Joel. A medida que vamos hablando, nos sentimos muy cómodos, y la conversación va subiendo de tono. De manera casi imperceptible nos recolocamos, cediendo nuestras parejas de forma natural. Noe me pone la mano en el hombro y yo la cojo por la cintura, Carla se acerca a ella para mirar el colgante que lleva en el cuello y se mezclan los perfumes de las dos, mmm… nos miramos con Joel, parece que estamos listos para retirarnos.

Vamos a la ‘zona privée’, nos cambiamos, dejamos todos los objetos y ropa en las taquillas, y salimos sólo con albornoz y chanclas.

Entramos en una habitación con cama redonda, ambientación en rojos e iluminación cálida.

Como siempre, Carla, sólo entrar, se desnuda, yo miro a los demás poniendo los ojos en blanco, sonríen, y Noe la imita, dejando caer el albornoz coqueta. Me gusta su espontaneidad. Me pongo delante de ella y nos empezamos a besar. Carla se tumba en la cama, y Joel, desnudo, se le pone encima, sujetándole los pechos con las dos manos, comiéndoselos lentamente, jugando con ellos.

Fotografía de PRIVATE

Verla gemir con otro hombre me excita mucho. Noe abre mi albornoz y se arrima, deslizo las manos por su espalda hasta su culo perfecto, que agarro con fuerza. El calor de su cuerpo, notar los pezones excitados contra mi pecho, cómo mi miembro la acaricia a medida que se endurece, mientras ella pasa las manos por mi torso, mis hombros, hasta desnudarme.

Me coge el miembro con la mano, mirándome lasciva, yo le pongo la mía entre los muslos, está bastante húmeda, me huelo los dedos, que me chupa traviesa, joder… me besa en la boca antes de empezar a bajar, resiguiendo mi cuerpo con sus labios, quedando de rodillas ante mí, y ayudándose de la mano, me empieza a lamer de los huevos hasta el glande, salivando todo el miembro, ufff… estoy muy cachondo, como Joel, totalmente erecto, comiéndole el coño a Carla, que gime agarrándose a la sábana con los ojos cerrados i la boca abierta.

Cuando Noe tiene intención de ponérsela en la boca, le indico que me siga y me tumbo en la cama, al lado de los otros, ella se acerca gateando, y continúa, llenándose la boca, comiéndomela hambrienta. Alargo el brazo y juego con el pezón de Carla, que ya ha tenido un orgasmo y se acerca a darme un beso, arrodillada, mientras Joel se pone un condón. Me sigue morreando, cuando veo que él la penetra, y al mismo tiempo, pone los dedos en el coño de su mujer, que me masturba más golosa todavía.

Los gemidos de los cuatro, la expresión de Carla suplicando placer a cada embestida, el olor a sexo y perfume,… jadeo como un animal. Carla es la primera en caer gratamente satisfecha, cuando tiene el segundo. Joel se quita el condón, y se empieza a follar a Noe, a saco, que gime mirándome con la boca llena, al ritmo de mis manos en su cabeza, hasta explotar temblorosa entre los dos.

Le digo que salga, que también estoy a punto de estallar, pero me dice que “no” con la cabeza… ¡Joder!… y relajándome, me corro brutalmente en su boca, a la vez que Joel lo hace en su coño. También resoplando satisfecho, tumbándose como nosotros,
para recuperar fuerzas y seguir.