¿FELICIDAD SWINGER?

“Que veinte años no es nada”

dice el tango…
¿FELICIDAD SWINGER?

No lo sé. Pero en estos últimos veinte años nuestro pequeño mundo ha cambiado sobremanera ¿Por qué? Tampoco lo tengo muy claro. Desconozco si ha habido un cambio cualitativo en la mentalidad social, aunque me inclino a pensar que simplemente todo se debe a un acceso mucho más rápido y anónimo a la información. Internet se ha erigido en una suerte de Caja de Pandora a través de la cual miles de parejas se han atrevido a asomarse y flirtear con un pequeño ecosistema swinger, muy celoso de su privacidad y habitado, en origen, por un selecto grupo de pioneros libertarios que se esmeraban en cuidar la educación y el respeto.

Esos mismos pioneros hoy, ante la expansión de su realidad, se esfuerzan en mantener la esencia. Encantados de que el mundo descubra nuevas formas de vivir, pero preocupados por que la vorágine no desvirtúe el ser, por que el orgasmo pretendido por los neófitos no devore el proceso. Y es que, obviando que cada pareja tiene sus propios motivos para sumergirse en este mar, el baño ha de ser consciente, sensato y respetuoso en todo lo relativo a uno mismo, a su pareja y a las personas con las que se comparta esa experiencia.

el universo swinger puede ser una de las mejores herramientas para enriquecer su vida, su intelecto y su emocionalidad

Acudiendo a cualquier local swinger, da la sensación de que el último punto citado es ignorado sistemáticamente por gran parte de las y los nuevos miembros de esta sociedad cuasi secreta. Y esta omisión, casi con total acierto, se debe simple y llanamente a una ignorancia supina provocada por el fulgor de las imágenes, por la temperatura incapacitante que alcanzan nuestras neuronas al toparnos por primera vez con la posibilidad de acceder a un nuevo marco de sensaciones y placeres.

¿FELICIDAD SWINGER?Lejos de pretender defender purismos, y estando aún en pleno proceso de eclosión, acabamos de iniciar el momento en que cada espacio, cada publicación, cada red y cada pareja han de ir colocándose. Habrá quienes opten por el sexo puro y duro, casi mercantilizado, semideshumanizado… Habrá quienes intenten incluirse en este mundo exigiendo que se adapte a ellos mismos (y seguramente encontrarán espacios que los cobijen)… Habrá quien desde el cernicalismo más recalcitrante pretenda campar por locales y redes jugando a ser aspirante a macho alfa de una inexistente piara… Habrá, incluso, quien convierta los encuentros en una suerte de reiterada humillación al más puro estilo bedesemero… y Habrá (por fortuna) quien esté dispuesto a ver, reflexionar, compartir, aprender y descubrir que el universo swinger puede ser una de las mejores herramientas para enriquecer su vida, su intelecto y su emocionalidad; para vivir en pareja de una manera positiva, constructiva y sana; para disfrutar y, sobre todo, para hacer disfrutar a su pareja viviendo juntos aventuras que apuntalen esa memoria común que, para bien o para mal, constituye uno de los pilares centrales de cualquier relación y, por ende, de cualquier intento serio de felicidad.

Antonio Álvarez Veci
Liberi Ars Amandi