No todo va a ser follar

Un artículo publicado en Archives of Sexual Behavior sobre la frecuencia de orgasmo en las personas*  ha puesto de relieve resultados muy significativos:

  1. Los hombres llegan al orgasmo en casi todas las ocasiones: 95% de los heterosexuales, el 89% de los gays y el 88% de los bisexuales.

  2. Las mujeres lo tienen peor, consiguen el orgasmo: el 86% de las mujeres homosexuales y sólo el 66 % de las bisexuales y el 65% de las heterosexuales.

Una de las razones de esta elevada diferencia, se podría considerar una “brecha sexual” es la obsesión por follar.

Ostras “¿Qué tiene de malo follar?” pensaréis más de uno. Y más de una. No tiene nada de malo, pero es la peor técnica a escoger si pretendes llevar a una mujer al orgasmo. Y si lo haces como en una película porno mucho peor.

Hace tiempo, mucho tiempo, un señor llamado Freud se atrevió a asegurar que las mujeres maduras tienen orgasmos “vaginales” y las inmaduras clitorianos. Según esta afirmación todas pueden correrse durante el coito, si no son unas atolondradas adolescentes.

Desde entonces la ciencia ha avanzado mucho y se ha demostrado el papel imprescindible del clítoris en el orgasmo femenino. Sin clítoris no hay orgasmo. Bueno, si puede haberlo pero es un tipo muy concreto. Ya hablaré de él en otra entrega.

Ahora quiero centrarme en el bajo potencial del coito a la hora de conseguir un orgasmo femenino:

  1. Hay poco control del movimiento. Cae por su propio peso. Si no eres un gran bailarín de twerking o alguien con un entreno similar, tendrás poca destreza con la cadera y tu pene terminará moviéndose de forma previsible.

  2. Pueden ocurrir accidentes: Te puedes correr antes o mucho después. Antes te quedas corto, después te vuelves pesado.

  3. No tienes un contacto óptimo con el clítoris. Dependiendo de la postura el contacto puede llegar a ser muy indirecto, si se da. Además controlas muy poco la presión. Dependiendo de la postura puedes apretar demasiado o demasiado poco.

  4. Los primeros cinco centímetros de la vagina son los más sensibles. Si haces penetraciones profundas la estimularás poco. Por eso imitar al cine porno es una mala idea.

  5. Es cansado: No se puede negar. Estar dale que te pego durante quince o veinte minutos es cansado. Tanto si es el varón quien se mueve como si es la mujer. Como si son los dos.

Entonces ¿Dejamos de follar? Pues no. No hace falta dejar de hacerlo. Lo más importante es lo que hagas antes y después.

Si te apetece hacerlo, hazlo. Pero antes puedes proporcionar uno o dos orgasmos con la mano o con la boca. Y después también.

O puedes seguir una bonita costumbre de los indígenas de las islas Truck del Pacífico Sur. Se trata del We we weche chuuk y consiste en algo tan sencillo como colocar el pene erecto bien lubricado sobre el clítoris de la mujer y frotar hasta conseguir su orgasmo.

Es caliente, es húmedo y muy eficaz. Además, con esta técnica sí podrás seguro proporcionar muchos orgasmos con tu propio pene.

El sexo oral y el sexo manual se consideran simples preliminares. Esto es un error. Es como considerar la caldereta de pescado o la langosta simples entrantes.

Una buena paja, una buena mamada o un buen cunnilingus resultan placenteros por si mismos. No es necesario terminar siempre igual. Y, sobre todo terminar sólo y siempre cuando el varón ha tenido su orgasmo.

Intenta “desengancharte” del coito. Empieza a valorar encuentros centrados en otras prácticas. Una buena idea puede ser un fin de semana sin polvete. Dedicaos a hacer cualquier práctica erótica excepto la penetración. Os daréis cuenta de lo creativos y originales que podéis llegar a ser. Además de descubrir técnicas capaces de dar y obtener mucho placer.

En cuanto a los encuentros liberales puede ser una buena idea montar la fiesta de la masturbación o la noche del sexo oral. Os sorprendereis del buen rollito que se puede llegar a formar.

Por cierto señores reflexionad sobre esto: Es mucho más fácil y rápido “recuperarse” de una felación o una paja que de un largo polvo de quince minutos. Eso significan bastantes más orgasmos en una noche.

En conclusión. Sí al coito pero no al coito en exclusiva. Como diría un gastrónomo: En la variedad está el gusto.

Jordi Gascón Ferret

Biólogo y sexólogo.

* El estudio tenía una muestra de unas 50.000 personas y preguntaba la frecuencia con que habían tenido un orgasmo en los encuentros íntimos ocurridos durante el último mes.

Aquí tenéis una artículo del El País que lo explica más en detalle. http://elpais.com/elpais/2017/03/15/buenavida/1489594286_339950.html